viernes, 26 de octubre de 2012

Tanto






Siguiendo en la onda del reto de escribir el micro-relato inspirado en una canción, os dejo una tímida aproximación a la letra "Tanto" de Pablo Alborán.   Dedicada a dos bloggers fans de este cantante :)



En aquellas tardes que amenazan con hacer llorar al cielo, al girar una esquina, sus palabras desaparecen. Dejan de pensar en todo lo que llena su cabeza, ambos se miran de arriba abajo. Entran en la mirada del otro, buscando algo dentro.

Desde la última vez que se vieron los años han pasado, la gente les dice que han cambiado, que ya no tienen esa cara de niños de la adolescencia. Pero de repente el destino baraja sus cartas y los enfrenta en la mesa de juego. Alma se pregunta por qué dejaron de hablarse, por qué las palabras se interrumpieron entre ellos por tanto tiempo. Ya casi había olvidado la rabia del silencio que los meses se habían ocupado de apagar. Casi, porque ahora mira a Mateo y reconoce ese brillo que provocaba en ella latidos adolescentes. En este instante el tiempo está suspendido en las cuerdas del pasado, y Mateo está meciéndose en ellas. Su mente está buscando las palabras idóneas, mas sólo es capaz de susurrarle al oído:

-Puedo.

El tiempo les espera para continuar, ella no responde y el brillo en los ojos de Mateo recorre lentamente su cuerpo.

“Alma… puedo aprender a quererte de nuevo. Tan solo con la mirada ya puedo recordar cómo se me erizaba la piel cuando te rozaba lento. ¡Puedo esperarme un minuto… lo que necesites…! Para que pienses mis besos, mi cuerpo y mi fuego. ¿Recuerdas cuando nos escondíamos, nos besábamos de pronto? Mírate, estás tan guapa. Después de todo tú me has enseñado algo grande, he aprendido a evitar la mentira.  Aunque no te he contado que toda la gente que me prometía sus favores me dejó solo. Sé que no me crees, que dudas, pero… ¡te debo tanto! Piensas que no fuiste importante para mí porque no hice suficiente por ti, lo siento tanto… pero yo sé que te debo mucho. Siempre te he tenido presente, no dudes… ¿por qué dudas? Quiero aprender a quererte de nuevo.”

Mateo sólo ha podido susurrarle “puedo”. Alma no sabe qué decir, la última vez tan solo le pidió un abrazo y él desapareció sin dárselo. Esperarán a que el destino vuelva a barajar sus cartas, porque el cielo ha comenzado a llorar. Se marcharán mirando atrás para ver cómo camina el otro en dirección opuesta, recordando que cuando se conocieron también llovía.



viernes, 19 de octubre de 2012

El reto de las canciones

Tras demasiado tiempo privando a este blog de mis reflexiones, os llego con una propuesta diferente. 
y de http://deamoresydedesamores.blogspot.com.es/  he decidido tomar la creación literaria que nace de la letra de una canción. 
La canción que sigue siempre me ha llevado de cabeza. Creo que me enganché a escucharla para tratar de encontrar un sentido a sus palabras. No lo encontré... hasta ahora. 
Así que os propongo un micro-relato basado en la canción "Lo que no ves" de Pol 3.14. Podéis escuchar la canción antes y luego aprender la historia que inventé para ella.
Quizá preferiréis leer y luego reconocer sus palabras clave. Todo queda a vuestra elección.
¿Quién se anima a compartir lo que le transmitió esta canción?




"Querido Paul,
Siento que cuando me miras a los ojos, no me ves. Tan solo encuentras aquella Belinda que inventaste. Te enamoraste de aquella chica de carácter fuerte, aquella que escribía en tu vida las palabras positivas, aquella que no dudaba en tomar las riendas cuando tu pulso no te lo permitía. El rojo de labios no es más que una barrera o quizá un artífice. Me has demostrado que no eres capaz de reconocer a la verdadera Belinda sin él. No eres el único que se siente débil en más de una ocasión.                                                                                   No nos queda nada.

Querida Belinda,
Estoy AQUÍ. ¿Recuerdas? Hace un par de años pasabas con tu Ford Fiesta justo por este camino. La lluvia corría con fuerza, la niebla danzaba de forma penetrante en la oscuridad. En un camino secundario, a las afueras de la ciudad, cualquiera podría haberme atropellado a aquellas altas horas de la noche. En mi mente se ha quedado prendida tu sonrisa a quemarropa con aquel rojo de labios que te hacía parecer tan tenaz. El que te hizo recogerme, a mí, a un desconocido en aquellas circunstancias. Nunca te pregunté por qué lo hiciste o ni siquiera de dónde venías. Solo sé que a partir de aquella madrugada un nuevo día comenzó para mí, tus labios me susurraron que el pasado era tan solo un día malo, tu piel me lo enseñó.  Desde entonces te inventaba por las mañanas, te imaginaba reír, hablar, trabajar, decidir… vivir. Por las tardes encontraba en el brillo de tus ojos todo lo que no vi por la mañana.
He encontrado aquella carta que dejaste junto al espejo. No consigo recordar por qué me fui, yo no quiero olvidarte. Tu barra de labios sigue ahí, donde la dejaste, no sé por cuánto tiempo. Ahora comprendo por qué hasta hoy no había podido volver hasta aquí, hasta el camino donde nos encontramos. En tu ausencia he borrado a la Belinda inventada, he buscado a la que se escondía tras el rojo de labios. Y la he encontrado, no en la mente, sino más adentro.

Querido Paul,
Gracias por enviarme la barra de labios, veo que la has quitado de tu cuarto de baño. Nunca más la utilizaré porque tú ya estás aquí, tal como te necesitaba. "